Y lo que Llegó!

Un deseo irrefrenable de «hacer» y «realizar»; el encierro nos obliga a detener las manifestaciones colectivas, dejando en caldo de cultivo aquellas ideas que al detenerlas, quedan en ebullición colectiva; lo que hace crecer el espíritu de resiliencia de una Sociedad que ahora sólo acepta «nuevas formas de vivir la vida».

Como dijo un monje tibetano del que me tocó disfrutar una hermosa charla:

Primero examina la situación en su totalidad, incluyendo la mayor cantidad de detalles posible. Luego analiza una «solución» o «acción» que realizarías tú. Y finalmente espera un momento y ponte en el lugar de los demás. Verás como actuar alineado con tu realidad actual y lo que estás construyendo en tu vida también sirve a los demás. Así, esta nueva forma es completamente diferente, o sea «en armonía para todos y de manera perfecta».